En las calles se sitúa la muchedumbre en una romería llena de puestos de todo tipo de vendimias y bebidas.
Sigue a esta tumultuosa crucifixión la casi total concentración de los actores, entre calmas silenciosas, conversaciones y risas absorbidas con actos del drama del calvario. El acto de más acción dramática es la carrera del escuadrón del centurión Cornelio para salvar a Cristo en gratitud de que sanó a su criado: llega cuando Cristo ya había expirado y su intempestiva llegada atiza a la concurrencia que a empujones abre valla. Cornelio atribulado se duele de Jesús inmolado en la Cruz y de María inconsolable.